ROBERTO MATTA: Viaje hacia la consciencia (4 de 5) - Carmen Hernández

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El vértigo de Eros, de 1944, marca el momento en que el artista expresa su propia relación con el mundo social. Su código plástico, establecido básicamente por planos, ondas y nódulos embrionarios, lo emplea para manifestar un espacio infinito, sin horizontes. El vértigo podría definirse como el sentimiento de abandono –consciente o inconsciente– de todos los esquemas establecidos. Es el estar solo frente a la elección de ser; es la toma de conciencia de la autodecisión. El vértigo es carecer de pautas que obstaculicen la visión. Para llegar a esta situación. Para llegar a esta situación se debe haber observado la realidad desde diferentes perspectivas, pero sobre todo, vivir al mismo tiempo dentro y fuera en una misma situación. El vértigo es el punto de apoyo verdadero –el no apoyo–, la realidad más segura: la libertad. El vértigo de Eros es la metáfora visual de la bóveda celeste y también el espacio de las emociones: profundo y oscuro, donde flotan las imágenes simbólicas de la energía. En esta iconografía del inconsciente, Matta llega a la culminación de sus primeras búsquedas.

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