Fuera de campo (9 de 10) - Fernando Zaparín Hernández

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  • Fuera de campo intersticial (entre campo y campo)

Los fueras de campo analizados hasta ahora son comunes a todas las representaciones escénicas, incluida la pintura como imagen singular. Pero los nuevos medios de expresión cinéticos se constituyeron sobre varias imágenes secuenciadas, aunque no continuas, separadas por una cesura, o fuera de campo intersticial que en cada caso tiene unas características físicas diferentes. El cine parece continuo pero en realidad se apoya en el fenómeno de la persistencia retiniana para vincular dos imágenes fijas con leves variaciones, y todavía más usa el efecto phi18 por el que cada espectador llena el vacío existente entre dos actitudes distintas de un personaje fijadas en dos imágenes sucesivas19. El cómic usa sobre todo el espacio en blanco entre viñetas, y los álbumes ilustrados aprovechan el mecanismo del paso de página, que supone un corte entre espacios y situaciones. Puestos a elegir, para nuestro estudio este sería el fuera de campo más específico de los considerados hasta ahora, porque nace como consecuencia obligada del carácter narrativo.

Esto se puede comprender observando la transición entre dos páginas de Donde viven los monstruos

ya comentadas en su día por Nikolajeva y Scott20. Ambas representan la misma habitación de Max vestido de lobo, al comienzo de la historia. Se podría pensar que hay continuidad puesto que permanece el marco espacial, pero sutilmente, con el cambio de hoja, la habitación empieza a transformarse en un bosque. El reborde blanco se va reduciendo conforme nos adentramos en el mundo de la fantasía, hasta desaparecer completamente.

Se usa el salto físico entre dos imágenes para transmitir el avance de un estado interior del protagonista, que sin moverse de su cuarto se adentra en un mundo fantástico. La técnica es muy depurada pues se evitan los tradicionales sistemas para contar el paso de la realidad a la imaginación con cambios de color o rebordes en forma de nube. Aquí se transmuta el marco escénico y se mantiene al personaje dentro de él pero avanzando con el libro. Al pasar página, no sólo se describen dos momentos distintos sino dos estados mentales diferentes.

18 Cfr. AUMONT Jacques, La imagen, Gedisa, Barcelona 1992. 19 Cfr. ARNHEIM Rudolf, Arte y percepción visual , Alianza Editorial, Madrid 1999. 20 Cfr. NIKOLAJEVA Maria & SCOTT Carole, How Picturebooks Work, Garland Publishing, New York

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