Zapato-Nave-Enclave por MARIA B.COSTA PAZ

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Tenía la certeza de que el humo que corona la ciudad No era más que el residuo de lo que muere uno por las noches. El empecinado querer ver que reinaba en mi ser Duele y estalla en los apenas perceptibles edificios. También los callos, como cetros mudos, rigidizan las funciones y los dedos. Camino a tientas. Ya que el llanto retrae el entrecejo Esculpiendo surcos y oleajes. Creí que veníamos al mundo con un destino real… Hoy ya no impera la certeza Me pongo de pie, súbitamente Y camino envuelta en oropeles de realismo

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