CRONISTA: GONZALO B.

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Los niños nos enseñan

¿QUIEN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO?

Un grupo de niños que viven normalmente descubrieron una fuente de transformación interior.

La vida puede transformarse en un plácido transitar con solo abrirse y estar atento a las sensaciones que ella nos regala, concluyó un grupo de niños exploradores luego de haber jugado con una vieja camisa desechada por la madre de uno de ellos.

Si bien la conclusión del grupo no fue unánime, el resultado de la experiencia logró entusiasmar a la mayoría de ellos.

La experiencia fortuita consistió en que uno de ellos se colocó la inservible camisa al revés. Al poco tiempo encontraron que ésta transmitía las sensaciones del mundo exterior hacia la piel y al momento de tomar conciencia de ello, la piel dejaba penetrarse para que pasaran las sensaciones al interior.

Este mecanismo genera una explosión instantánea en el miocardio que lo transforma, lo agita y lo seda a la vez, lo hace detener en el tiempo y a su vez lo moviliza. Aunque lo más extraordinario es que la transformación que experimenta el corazón comienza a fluir como un virus informático llevando toda esa luz sensible a la CPU del transformado: la mente.“Es claro que la voluntad de transformación no es la única condición para atraer el flujo de sensaciones, ya que éstas pueden interrumpirse y generar desánimo y decaimiento”, dijo uno de ellos.

Pero gracias a la carga de sensaciones que transmiten las camisas de los niños que lo rodean, éste posible fracaso se atempera al recibir de éstos su luz transformadora.

Este grupo de niños aconseja guardar y valorar este descubrimiento y no desechar nada de lo transformado.

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