José Ignacio Raffo (Neuquén) -Esculturas-

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El animal, el paisaje, el silencio, las partes.

(Nota publicada en la Revista Maipué Nº19)

En una porción de territorio neuquino, una ficción de metal, de paisaje y viento se representa cada día. Un drama vigente desde hace cuatro mil millones de años: el de la lucha por la supervivencia.

Por Arq. Mirta Eberhardt

Se habla de ciertas criaturas excepcionales que “habitan” el suelo neuquino. Son de metal. El camino que hay que recorrer para descubrirlas es tan extraño como ellas; así también la tierra que las contiene.

La ruta que lleva a su encuentro, a medida que se acortan las distancias se va cargando de una cierta tensión. Es probable que este hecho se origine en el significado profundo de las palabras escritas que aparecen a lo largo del recorrido: fin del mundo, saurus, ventus, valle perdido, ciudad de los césares.

Ellas, las palabras, mágicamente se corren de las referencias y se constituyen en umbral simbólico. Aquel que necesitan las criaturas creadas por José Raffo para ser comprendidas. Al menos, en ciertos planos.

La tierra es San Patricio del Chañar: tierra que aloja al puma y al guanaco de metal. En este territorio no todas las variables pueden ser controladas. Las que se someten, pueden constituir emprendimientos de alta tecnología como por ejemplo, la Bodega NQN. Las otras en cambio, forman parte de dimensiones que se resisten al control humano y propician –ante los ojos de los atentos- el despliegue de juegos particulares (algunos lo llaman poesía).

Se comenta que algunas personas logran hacer alianzas con los espíritus que habitan en las dimensiones rebeldes, para verticalizar el tiempo y crear. José Raffo (escultor) y su padre, Norberto Raffo (ingeniero agrónomo paisajista), pertenecen a este grupo. La obra de ambos -en conjunto- toca “el nervio del lugar” y fomenta la construcción de procesos de significación y sentido.

José ensambla piezas de metal de distinto origen para recuperar –quizás- lo que se nos escapa de las manos. Su padre lo enmarca. Ambos, con el convencimiento de que en las contradicciones acumuladas todo se activa, hacen y conducen, poéticamente, a la “aventura de lo real”.

Cuando llega el agosto patagónico, la universalización casi monocromática del invierno, sumerge en profundidad la propuesta: aquella que logra que creamos que los viñedos, la arquitectura y los humanos del lugar imitan –sin darse cuenta- al silencio, a la quietud y a esa especie de indiferencia que tienen los objetos metálicos; e invierten los términos de lo viviente, para que lo inanimado-animal, en la simulación de la lucha por la vida, cobre vida.

El escultor: José Ignacio Raffo (SOCK). Nació el 26 de abril de 1985. Reside en la ciudad de Neuquén. Es egresado de la EPET 14, donde aprendió a soldar y a trabajar con todo tipo de herramientas. Luego comenzó a estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes de Neuquén y terminó de cursar la tecnicatura y el profesorado en artes visuales. En la actualidad cursa un profesorado superior en escultura y dibujo. Trabaja en su taller instalado dentro de un vivero. Las tardes las pasa entre hierros y plantas, regando y soldando.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mirta, la lectura de tu nota me acercó al trabajo de Raffo... Y la experiencia no pudo ser más gratificante!! Gracias!
Andrea

Anónimo dijo...

Gracias Andrea: para mi también fue un ejercio gratificante. Quedé impactada por esa impronta patagónica de silencio, espacio, profundidad y altura.... (aquello que a veces lo nombramos como lo vertical)...Un beso.
Mirta E.

Mandy dijo...

Tanto tu escrito como estas esculturas me renovaron la posibilidad de asombro ante nuestra capacidad de expresion. Raffo con acero y hierro nos dice de lo inconmensurable y misterioso de nuestra patagonia . Lo senti asi en las miradas de sus obras. La quietud que transmiten las primeras, el movimiento de las otras.
Con respecto a lo escrito fue una sorpresa encontrarte en este texto tan creativa,tan seria,tan detallista,tan,tan ORIGINAL. Apareciendo siempre sin reiteraciones,como pieza unica. FELICITACIONES. GRACIAS,es siempre un placer.

Anónimo dijo...

Gracias Mandy!!: no te imaginas que experiencia interesante.... Viajé por primera vez por una ruta que recorro casi diariamente.... miré los viñedos desde otra estética.... la arquitectura la sentí más humana dentro mío que de costumbre...y sin embargo todo eso que vivía tan nuevo, ya lo había vivido en mi ñiñez, cuando estas obras de Raffo -incluso Raffo- no existían. Un abrazo.
Mirta