Chillida Eduardo - Proyecto Escultórico de Tindaya

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"Hace años tuve una intuición, que sinceramente creí utópica. Dentro de una montaña crear un espacio interior que pudiera ofrecerse a los hombres de todas las razas y colores, una gran escultura para la tolerancia. Un día surgió la posibilidad de realizar la escultura en Tindaya, en Fuerteventura, la montaña donde la utopía podía ser realidad. La escultura ayudaba a proteger la montaña sagrada. El gran espacio creado dentro de ella no sería visible desde fuera, pero los hombres que penetraran en su corazón verían la luz del sol, de la luna, dentro de una montaña volcada al mar, y al horizonte, inalcanzable, necesario, inexistente…"

Con estas palabras define Eduardo Chillida , en julio de 1996, su idea del proyecto, basado en el concepto de crear un lugar introduciendo el espacio en la materia, que va a representar la culminación de la obra del artista y que, por sus singulares características de escala y ubicación, está destinada a convertirse en un hito que será necesario conocer y analizar para evaluar el conjunto de la producción de uno de los escultores contemporáneos más importantes del mundo.

Fuente:http://www.eduardo-chillida.com/Proyecto-Tindaya.143+M52087573ab0.0.html
Aporte de Andrea Villar

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto mi reflexión sobre el espacio interior, o hueco, proyectado por Chillida en el Tindaya:
La montaña acoge al hombre para enseñarle su pequeñez hueca de inmensidad. Y ella misma, al ahuecarse, se hace humilde.
Lo hueco es sinónimo de un habitar retrocediendo frente a la inmensidad de un horizonte inalcanzable, hecho solo para humillarnos. Habitando el hueco nos volveremos tolerantes, tal la esperanza del escultor cavando la montaña de cartón. Mientras, Tindaya espera, creyéndose cordillera.

Marcos dijo...

Que la magica montaña de Tindaya, haga lo que tenga que ser, rellene los huecos de las cabezas y corazones de sus invasores.

Marcos dijo...

Que la magica montaña de Tindaya, haga lo que tenga que ser, rellene los huecos de las cabezas y corazones de sus invasores.