La ciudad - Borges

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Motoi Yamamoto
"Todas las ciudades medievales o las medinas árabes tienen los elementos que caracterizan un laberinto: calles curvadas, callejones sin salida y perspectivas truncadas.[...]. A este tipo de ciudad se refiere Borges en el cuento " Abejacan el Bojarí muerto en su laberinto", como el mejor laberinto que los hombres puedan construir , porque no ha sido edificado por un solo hombre según un plan, sino por generaciones sucesivas que lo contraponen al vacío exterior, al campo abierto. Se constituye así la ciudad como un laberinto que sirve al hombre como defensa frente a cualquier agresión de la naturaleza y por extensión, frente al laberinto del universo. En muchos" relatos, Borges contrapone dos laberintos, el realizado por los dioses, el universo, y el concebido por los hombres, la ciudad, diseñada para defenderse o para confundir a otros hombres y en ese acto usurpar lo que sólo es propio de los dioses, la creación".
Borges y la Arquitectura- Cristina Grau (Ensayos Arte- Cátedra)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Y si esos laberintos imaginados y creados no fueran más que una proyección de nuestra propia alma aprisionada en un cuerpo? O una forma de consuelo: creer que es posible atravesar nuestros muros imaginarios e introducirnos, sin límites, en otros laberintos…
O, mejor, ¿no será que nuestra existencia lleva en sí la forma errática del laberinto, y que no somos más que eternos vagabundos buscando la salida?

Andrea