La casa, lo íntimo, lo secreto.

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Mattijn Franssen
"...Yo diría que la primera arquitectura nació porque, inclusive vacía de todo, para el hombre, nuestra tierra estaba ya habitada por una mirada. Esto no procede de ninguna visión paranoica del mundo, o religiosa, o sobrenatural, se trata solamente de poner en marcha una suposición fundamental, de que no podemos deshacernos cada uno de nosotros y es que hay algo que nos mira. Los animales no suponen la existencia de una mirada, en ocasiones la sienten, la adivinan, pero la suposición no pertenece más que a los seres hablantes - el Hombre es el único animal que supone -. Hay algo de irreductible (irreducible) en esta suposición de una mirada otra. Es como decir que antes de ver somos seres mirados. [...] Para situar esto mejor en las coordenadas analíticas, digamos que estamos siempre un poco encuadrados en la ventana del fantasma del Otro, con todo lo que eso sugiere de incomodidad, de molestia o de angustia. Es un hecho que cada uno puede experimentar que, cuando alguien se siente bajo una mirada, bajo una mirada no atribuible, se trata rara vez de una mirada acogedora, condescendiente, amable: siempre algo hay allí de inquietante. Todo esto puede en el fondo concentrarse en un principio muy simple. A saber, que si siguiendo el hilo de este pensamiento mítico, de un nacimiento común de la humanidad y de la arquitectura, yo debiera definir lo que son sus fundamentos, diría que todo se circunscribe finalmente a lo siguiente: que no hay espacio puro, desnudo, o espacio vacío, o virgen. Un espacio vacío es un espacio habitado por la mirada. Hay que entender que aquí se trata de una verdad para el hombre, único animal que supone que hay, más allá de lo visible, algo que lo mira. Lacan facilitó la estructura, atea, de la mirada dialéctica de lo visible y del más allá, en su comentario del célebre apólogo antiguo de Zeuxis y Parrbasios, extraído de Plinio (Plinio historia natural XXXV, La Pintura Lacan Seminario 11 cap.9). Esta suposición esencial de la mirada otra, le da también una función fundamental a la arquitectura. Porque esto significa que construir, antes inclusive de proteger la vida y socializar un espacio, es pura y simplemente crear opacidad,sombra. Quiero decir que en este punto la arquitectura no humaniza un espacio, instaura la humanidad en tanto tal, dándole al hombre la posibilidad de la sombra y con ésta la del secreto[...].
LA CASA, LO ÍNTIMO, LO SECRETO. GÉRARD WACJMAN

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué cierto! Cuánto descansa uno de la mirada en la casa propia! Y qué difícil volver a la casa de los padres, la casa de la infancia, cuando se la asocia a la mirada de los padres!
Andrea