Italo Calvino

|
Si al tocar tierra en TRUDE no hubiese leído el nombre de la ciudad escrito en grandes letras, hubiera creído llegar al mismo aeropuerto del que partiera.
Los suburbios que tuve que atravesar no eran distintos de aquellos otros, con las mismas casas amarillas y verdosas. Siguiendo las mismas flechas se contorneaban los mismos senderos de las mismas plazas. Las calles del centro exponían mercancías embalajes enseñas que no cambiaban en nada. Era la primera vez que iba a TRUDE, pero conocía ya el hotel donde acerté a alojarme; ya había oído y dicho mis diálogos con compradores y vendedores de chatarra; otras jornadas iguales a aquellas habían terminado mirando a través de los mismos vasos los mismos ombligos ambulantes. ¿Por qué venir a TRUDE? me preguntaba. Y ya quería irme. - Puedes retomar el vuelo cuando quieras- me dijeron , pero llegarás a otra TRUDE, igual punto por punto; el mundo está cubierto por una única TRUDE que no empieza ni termina, cambia sólo el nombre del aeropuerto. Las ciudades continuas - ( Las Ciudades Invisibles)

1 comentario:

Sergio Astorga dijo...

Mirta, la imaginación de Italo Calvino es de una finura excitante. Su libro de las Ciudades Invisibles es uno de mis libros inspiradores. Este homenaje a Marco Polo, rebasa la experiencia concreta y crea espacios habitables e inabitables, inverosímiles y perdurables. Arquitectónicamente es un reto permanente de soluciones plásticas y literariamente sus cadencias y metáforas son de una elegancia admirable.
Un abrazo invisbles
Sergio Astorga.