“Las palabras tienen el poder, entre otros, de señalar los campos por donde ha de discurrir, endurecidamente a veces, el cauce de la sensibilidad y la inteligencia. Todo lenguaje es, pues, un vector que señala un horizonte preciso en un uso firme y, frecuentemente, trivial, o es también un denso paisaje que permite, observándolo, descubrir nuevas posibilidades de pensamiento y acción.”
Emilio Lledó “El marco de la belleza y el desierto de la arquitectura”
número 42 de la Revista de Occidente.
Hace 3 minutos
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