Gabriela Aberastury comenzó a pintar desde su infancia pero nunca casas, animales o personas como los demás niños de su edad. «Pinto mis sentimientos», contestó a los cuatro años, frente a pequeñas obras abstractas. Existe un trazo reconocible a lo largo de toda su obra en la que distorsiona el espacio y, como. ella misma lo señala, «el tiempo pierde su cronología».
Hace 11 horas
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