una pregunta a Roberto Juarroz

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CP: En alguna parte hablas de «Verticalidad de la Trascendencia»: ¿tiene ésto una rela­ción directa con Bachelard, con el sentido en que asume el tiempo poético?
RJ: Bachelard dice justamente en ese texto que mencionaba, que la prosa o el discurso son horizontales, mientras la poesía es verti­cal. Yo no conocía esta reflexión cuando en el año 57 escogí el título de Poesía Vertical para todo lo que escribiría. Y mi sentimiento al hacerlo era el siguiente: al comienzo de mi primer libro escribí un pequeño texto que dice: «Ir hacia arriba no es nada más que un poco más corto o un poco más largo que ir hacia abajo». Eso está significando que en lo vertical se halla la forma de perforar, de pe­netrar la realidad convencional, la realidad rutinaria, la realidad, como diría Borges, fósil que debemos quebrar para de alguna manera descubrir lo abierto y hacer de la vida una experiencia propia y única. Además tengo la intuición de que mucha de la poesía que se hacía y aún se hace, es flácida y repetitiva, es una poesía en la que sobran muchas cosas. Por eso estoy proponiendo una ruptura de la escala convencional de la realidad; en segun­do término, la ruptura de las formas rutina­rias y estereotipadas de la vida; y en tercer término, la ruptura del lenguaje mismo; es decir encontrar formas del lenguaje más des­pojadas, más concentradas, más obstinadas, en las que cada cosa sea irremplazable, hasta un punto o un espacio en blanco, y así llegar a una poesía que tenga peso propio, ¡que pese como un vaso sobre la mesa! ¡Como un hombre sobre la tierra! Una poesía que no sea evanescencia, ni desahogo, ni sentimen­talismo, sino la palabra que buscamos, con­creta y real. Por eso suelo afirmar y no me canso de hacerlo, para que quizá lo escuchen algunos oídos no del todo abiertos, que la poesía es el mayor realismo posible. Porque es la forma de abrirse y de gestar la mayor realidad posible que le es otorgada al hom­bre. Tal vez encuentro ésto, y mucho más, en el término VERTICAL.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué revelador! La verticalidad del tiempo, ese hecho misterioso del que podemos haber tenido la experiencia en forma igualmente misteriosa, casi al azar, para luego encontrar que se trataba de una verdadera Avenida de la Vida, de la existencia o mejor diría de la Existencia para decirlo en forma contundente y correcta. Hay que profundizarlo.Maigo