Octavio Paz

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“Todo resuena, apenas se rompe el equilibrio de las cosas. Los árboles y las yerbas son silenciosas; el viento las agita y resuenan. El agua está callada: el aire la mueve, y resuena; las olas mugen: algo las oprime; la cascada se precipita: le falta suelo; el lago hierve: algo lo calienta. Son mudos los metales y las piedras, pero si algo los golpea, resuenan. Así el hombre. Si habla, es que no puede contenerse; si se emociona, canta; si sufre, se lamenta. Todo lo que sale de su boca en forma de sonido se debe a una ruptura de su equilibrio.”

Octavio Paz, Chuang-Tzu (1997) Fragmento de un texto de Han-Yu, escritor chino del periodo T’ang (siglos VIII y IX)

1 comentario:

Anónimo dijo...

!Vivir "resonando"...!
Nancy, en A la escucha, propone tratar el cuerpo como caja de resonancia del "ultrasentido" (sentido que va más allá del sentido) y al ""sujeto" como aquello que, dentro del cuerpo, está o vibra a la escucha -o ante el eco- del ultrasentido".